La obtención de imágenes comienza con la utilización de la cámara oscura, pasando por el daguerrotipo, que obtenía la fotografía sobre una superficie de plata pulida, el calotipo, donde se empezaron a obtener fotografías en papel, hasta llegar a la cámara de carrete, la fotografía en color y, por último, la fotografía digital.
Desde su aparición en 1839, la fotografía juega un importante papel en la transmisión, conservación y visualización de las actividades políticas, sociales, científicas o culturales de la humanidad, de tal manera que supone una de las fuentes de documentación más importante, con una dosis de realidad y de objetividad supuestamente mayor que otras técnicas como el dibujo y la pintura.
En 1893 Thomas A. Edison inventa el rollo de película perforado de 35 mm., utilizado mayoritariamente hasta la llegada de la fotografía digital. Este rollo de película se empleó en una cámara inventada por Oskar Barnack en 1924, la llamada Leica I, que por su pequeño tamaño y bajo coste se hizo famosa entre los fotógrafos profesionales y aficionados.
El uso de estos rollos de película de 35mm., llamados carretes fotográficos, se popularizó en la primera mitad del siglo XX, permitiendo hacer un número aceptable de fotografías, sin tener que transportar un volumen muy grande de material.
La pieza del mes elegida para esta ocasión es una cámara fotográfica de carrete de mediados del siglo XX (1950-1958). Se trata de una Voigtländer Prominent, de fabricación alemana, muy pesada, construida en torno a un bloque central que engloba el obturador Syunchro-Compur y todo el plano focal. Mediante el movimiento de este bloque se logra el enfoque accionando una rueda en la parte superior izquierda que condiciona todo el diseño del telémetro. El visor se encuentra a la derecha, lado en el que también figura el avance de película y armado de la obturación. El movimiento de armado es diferente a las demás cámaras, es decir, contrario a las agujas del reloj.
Esta cámara, que se presenta con su funda de cuero, perteneció al fotógrafo Roque Salgado Calleja (1919-1994), natural de San Vicente de Alcántara, que ejerció su profesión en Olivenza entre 1943 y 1960. Él mismo donó su cámara al museo en agosto de 1991, pocos días después de su inauguración.