Las bases teóricas de la propagación de ondas electromagnéticas fueron descritas por James ClerK Maxwell en 1873. Quince años después Rudolf Hertz ideó un dispositivo para producir este tipo de ondas, sentando las bases para el envío de señales de radio. En su honor, éstas pasaron a denominarse hertzianas.
Es difícil atribuir la invención de la radio a una sola persona. En Rusia se considera a Aleksander Popov como su inventor; en Estados Unidos, a Nikola Tesla; en Reino Unido, a Guillermo Marconi. Éste obtuvo, en 1896, la primera patente del mundo sobre la radio. Gracias a ello montó la primera estación de radio en la isla de Wight, en Inglaterra, en 1897, y abrió la primera factoría de equipos de transmisión sin hilos. Hacia 1901 se transmitieron señales de un lado a otro del Atlántico.
Casas comerciales como Phillips, Bell, Radiola y Telefunken consiguieron la audición colectiva de la radio en 1928. Fueron los laboratorios Bell los que dieron vida al transistor.
En España, las primeras emisoras y receptores fueron utilizados por el ejército. En 1922, se transmitieron algunas óperas desde el Teatro Real.
La industria radioelectrónica, a mediados de los años 40, estaba concentrada en Cataluña. A partir de 1940 se produce un desarrollo de la radiodifusión, coincidiendo con la electrificación de todo el país.
La pieza que durante este mes exhibe el Museo presenta caja rectangular con altavoz frontal guarnecido con tela. Debajo se localiza el dial, a cuyos lados se insertan dos mandos circulares de plástico beige y dorado. Fechada en 1959, carece de marca. Ha sido restaurada varias veces por su antiguo dueño, mecánico electrónico.