
La primera radiografía, sobre una placa de metal, data de 1895, realizada por Wilhelm Conrad Röntgen, quien fue galardonada con el Premio Nobel de Física en 1908.
En 1926 surgió el primer equipo que permitía realizar radiografías y radioscopias a la vez. Uno de estos ejemplares es el que exhibe el Museo Etnográfico Extremeño González Santana como pieza del mes de febrero. Fue adquirido, el 17 de junio de 1930, por el doctor Gabriel Sanabria Fernández, quien ejercía en Mérida. En el contrato de compra venta, firmado en el café Viena, de Cáceres, entre él y el representante de la empresa Siemens, se constatan los elementos que se incluían: generador, mesa de maniobras, tubo autoprotector y su soporte, chasis para radiografías, dos hojas de refuerzo, pantalla fluorescente, antidifusor para radioscopia, equipo de protección y línea de alta tensión.

El doctor Sanabria Fernández tenía su consulta en la calle Obispo y Arco nº 1, de Mérida. Una vez que fallece, en 1937, todo el equipo pasa a manos de sus hijos, también médicos, hasta que, a finales de los años cincuenta, se traslada a la consulta de su hijo Manuel Sanabria Escudero, especialista en Pediatría y destacado investigador como lo atestiguan sus publicaciones
El doctor Sanabria Escudero se diplomó en Sanidad en el Instituto Alfonso XIII, fue profesor de Higiene y Seguridad en el Trabajo, presidente de la Asociación de lucha contra el cáncer en Mérida, médico de la Cruz Roja, Inspector Médico de enseñanza secundaria, conferenciante científico y literario, médico-escritor con numerosas publicaciones, Académico de las de Buenas Letras de Sevilla (1970) correspondiente de la Historia de la Medicina de Barcelona (1977) y de la Buenas Letras de Sevilla (1984).
Su dedicación a la Medicina fue encomiable. Conocido en su ciudad por su bondad atendiendo a los pacientes, siendo un ejemplo de vivir para los demás.

En esa tarea supo usar este equipo de Radiología para diagnosticar a tantos niños que pasaron por su consulta. Su familia en febrero del año 2000, decidió donar el equipo y muchas de las pertenencias de su consulta (un listado de más de 50 piezas) al Museo Etnográfico González Santana de Olivenza, en su memoria[1].
[1] Agradecemos a D. José Gabriel Sanabria Pérez su amabilidad por la valiosa información aportada con su testimonio
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