
Hace algunos años, las radios de válvulas ocupaban un lugar destacado en el salón de las casas. Junto a estas, había un pequeño aparato, a modo de radio en miniatura, como compañero inseparable.
Cuando aparecen en el mercado las radios o receptores que pueden conectarse directamente a la red eléctrica, surgen problemas derivados de las importantes variaciones que se producían en la corriente y que afectaba considerablemente al funcionamiento de los aparatos. Como consecuencia de las sobretensiones, se podían producir averías.
Aparte de las sobretensiones, especialmente, en las zonas rurales, era usual que el voltaje de la red bajase considerablemente respecto a su valor normal.
Por la noche, cuando se encendían las luces en las casas, el sistema eléctrico no podía soportar tanta demanda y, progresivamente, iba cayendo la tensión. Las bombillas bajaban su intensidad y las radios no recibían fuerza electromotriz suficiente para funcionar.


Este problema se solucionó con los elevadores- reductores, como el que mostramos este mes. Su caja es de baquelita marrón y en el frontal se aprecia el voltímetro, graduado de 0 a 200 voltios, que indica el valor de la tensión de salida del receptor, y el conmutador manual (no se conserva), para regularla. Se colocaba entre el enchufe y la radio para asegurar que la intensidad de la corriente no fuera peligrosa para el aparato.
En el voltímetro de algunos modelos aparece una marca roja que indica el valor de tensión de salida más adecuado, que según los fabricantes es de 110 voltios.
El ejemplar que mostramos es de la marca Aran y conserva, detrás, restos de una etiqueta donde se puede leer “ELEVADOR/AL RECEPTOR/REDUCTOR”.
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