Mortero de farmacia, Pieza del Mes de septiembre de 2023
- administrador
- septiembre 7, 2023
Uno de los elementos más emblemáticos de la profesión farmacéutica es el mortero, utilizado para llevar a cabo fórmulas magistrales. Tal es su importancia en este oficio que aparece en cuadros pictóricos como El farmacéutico, de Frans van Mieris, además de servir como emblema de muchos colegios de Farmacia.
En sus orígenes, los morteros fueron de diferentes materiales, tamaños, formas y colores; en cuanto a materiales, de los primeros, realizados en piedra y madera, se pasó a los de mármol, bronce, hierro, vidrio o porcelana; en lo referente a la forma, algunos adoptaban tipología de campana invertida, pues en su fabricación se utilizaban los mismos moldes que para las campanas, por tal motivo se les denominaba almireces campaniles, que después pasaban a ser tallados por expertos artesanos.
El mortero está formado por dos partes, una móvil, conocida como mano de mortero o pilón, y la base o recipiente, de forma cóncava, para permitir la percusión del pilón. La finalidad del mortero es disminuir el tamaño de las partículas en la preparación de formulaciones farmacéuticas.
En nuestra localidad, desde el siglo XVI, la elaboración de este tipo de productos corrió a cargo del farmacéutico contratado por la Santa Casa de Misericordia, fundada en 1501[1] en la localidad. En los libros de Receita e Despesa, de Ingresos y Gastos de los hermanos de mes de esta Institución, se detallan los continuos pedidos de material farmacéutico solicitados a Lisboa y, una vez que Olivenza se incorpora a España, a otras ciudades hispanas, destacando Sevilla. Entre los productos más solicitados destacan: quinina, adormidera, láudano, ruibarbo, ungüento puro (pócima que se desconoce la fórmula)…
Paludismo, difteria, fiebres tifoideas, tifus, sarna… fueron algunas de las enfermedades más frecuentes.
En el Archivo del Museo Etnográfico Extremeño González Santana, de Olivenza, se localizan varios libros de la farmacia de Carlos Gómez (1896-1948), con ingredientes que utilizaba para sus compuestos.
El mortero que se expone, realizado en mármol, presenta forma troncocónica invertida, cuatro apéndices a modo de agarraderas, uno de ellos con un canal para el vertido del contenido; su maja es de mármol en su extremo grueso y de madera en la zona más delgada.
Fue donado por Francisco González Santana, en 1996.
[1] VALLECILLO TEODORO, M.A.: Historia de la Santa de Misericordia (1501-1970). Olivenza, 1993.