Pieza del mes agosto 2014: sifón de gaseosa «La Castellana»
- administrador
- agosto 4, 2014
En 1741, al inglés William Browning se le ocurrió inyectar ácido carbónico en un recipiente con agua mineral. Su sorpresa fue mayúscula al observar que el líquido burbujeaba. En principio, solo quedó en un experimento que paseaba de feria en feria, hasta que en 1807 el médico Philip Syng encargó a un químico, amigo suyo, que preparase un agua carbónica para tratar a los pacientes aquejados de dolencias estomacales. El químico, para mejorar su sabor, tuvo el ingenio de disolver un edulcorante en el preparado. Así el sabor resultaría más agradable. La gaseosa pasó a venderse en farmacias.
A partir de 1832, John Matthews inventó el gasómetro para saturar el agua con gas carbónico. Se abarató así notablemente el coste de la producción de las bebidas con burbujas.
A principios de siglo la gaseosa dejó de ser una bebida medicinal para convertirse en un popular refresco para calmar la sed.
El museo expone como pieza del mes de agosto un sifón de gaseosa de procedencia local. Es de cristal grueso para evitar estallidos en el proceso de llenado. En el logo de la marca aparece en rojo, el nombre de la fábrica (La Castellana) sobre el escudo de Olivenza en blanco. Figuran también el nombre y número del fabricante (Cesáreo Villoslada Crespo, Fte. Nº 1412, Olivenza).
Cesáreo Villoslada Crespo, hijo de Blas Villoslada Francia y María Crespo García de Vinuesa llegó a Olivenza con tan solo 10 años acompañado de su familia, procedente de Montenegro de Cameros (Soria). Se casó con Gertrudis Rodríguez, natural de Villarreal. Ambos fundaron en 1946, en la calle Manuel Gómez Castaño, la empresa de bebidas La Castellana. En ella elaboraban gaseosa y vendían hielo y cerveza que distribuían por los bares en carros.
Tuvieron tres hijos, Maruja, Fernando y Francisco. Los dos varones comenzaron a trabajar en el negocio desde muy niños. Hacia los años 70 se reformó el local, se dejó de vender hielo y de elaborar gaseosa. Empezaron a funcionar como distribuidores de vinos a granel, refrescos cervezas y licores de otras marcas comerciales.
Al morir Cesáreo en 1982, sus hijos continuaron con el negocio. En el año 2009, la empresa se trasladó al polígono industrial de Olivenza donde actualmente es regentada por Fernando Villoslada Gragera, nieto del fundador.
Toda una saga al frente de un negocio que comenzó elaborando una gaseosa que, como figuraba en sus envases, “…sola o mezclada con vino es deliciosa”.