El Museo rinde un homenaje a la mujer rayana a través de una exposición
- administrador
- julio 14, 2015
Como actividad de producción propia entre el 17 de julio y el 13 de septiembre de 2015, se celebró en la Sala de Usos Múltiples del Museo Etnográfico Extremeño “González Santana” de Olivenza la exposición exposición La Mujer en la Raya Hispano-Portuguesa. Debido a su contenido didáctico, esta exposición se ha incluido en el catálogo de muestras itinerantes que oferta la institución.
En palabras de Eusebio Medina García, en su artículo Orígenes históricos y ambigüedad de la frontera hispano-lusa «… la raya, con sus más de siete siglos de historia y sus 1.234 kilómetros de longitud constituye la frontera más antigua de Europa y una de las más extensas. A pesar de que discurre en gran parte por los cauces de numerosos ríos y riberas, no está definida o determinada sólo ni principalmente por la orografía, sino que ha sido y es, sobre todo, una frontera de carácter histórico y cultural»
Gentes y pueblos de ambos lados de este difuso límite han aprendido a convivir a lo largo de los siglos, estableciéndose relaciones de complementariedad e interdependencia en las que las mujeres han desempeñado un importantísimo papel.
La exposición, que pretende ser un estímulo para la visibilización de esta labor silenciosa a lo largo de la frontera entre España y Portugal, se articula en cinco secciones introducidas por paneles explicativos y complementadas con fotografías y piezas del Museo relacionadas con cada área temática.
En el apartado producción de alimentos se muestra cómo en la sociedad prehistórica, más igualitaria que la actual, las mujeres cazaban, pescaban, cultivaban, recolectaban, molían el grano, y organizaban actividades diarias de limpieza, alimentación y cuidado de individuos pequeños, mayores o enfermos al tiempo que enseñaban a sus hijos los valores del grupo y estrategias para sobrevivir, siendo un pilar básico en el proceso de socialización.
En elaboración de alimentos se analiza cómo, además de su presencia ancestral en la cocina, las mujeres de la Raya han desempeñado simultáneamente otras labores productivas como ordeñar vacas, ovejas o cabras, empleando su leche para hacer quesos, para consumo propio o para su venta. Es indiscutible su protagonismo en la matanza del cerdo, sección en la que se rescatan algunas adivinhas (adivinanzas), así como en otros oficios populares como el de churrera.
La confección y cuidado de la ropa, otro tradicional quehacer femenino, se ilustra con instrumentos de corte y confección (tijeras, agujas, alfileteros), de lavandería, de planchado, de encaje de bolillos y de bordados, actividades que si se hacían para fuera, suponían un complemento a la economía doméstica.
Las profesiones liberales relacionadas con la mujer, como las de telefonista, niñera, dependienta, enfermera, maestra o encargada de fonda o pensión, ejercida por solteras o viudas, fueron apareciendo tímidamente desde entre finales del siglo XIX y a lo largo del XX.
En otras labores se destaca la presencia femenina en el contrabando, la alfarería o la sanación. Se rescataron en este apartado algunas técnicas para evitar el alunamiento y quebranto.
La muestra, dispone de una interesante unidad didáctica en Issuu.