«La pintura en dos caminos», exposición a dúo de los artistas oliventinos Daniel Darío y David Chamizo
- administrador
- enero 7, 2015
Entre el 5 diciembre de 2014 y el 10 de enero de 2015 ha permanecido abierta al público en la Sala de Actividades Alternativas del Museo Etnográfico Extremeño González Santana de Olivenza la exposición La Pintura en Dos Caminos, de los artistas oliventinos Daniel D. Hinchado y David Chamizo.
DANIEL DARÍO HINCHADO CANTERO nace el 8 de julio de 1979. Crece al amparo de las obras de su madre, Remedios Cantero Farré y su abuela, Ana Farré Navarro, también pintoras. El haber crecido entre cuadros y el característico olor de los óleos, lienzos y material de bellas artes, despertó desde pequeño una curiosidad latente.
Desde temprana edad, se mantuvo en constante autoaprendizaje, adquiriendo la costumbre de no abandonar el dibujo, experimentar y progresar, hasta que en el año 2013 tiene la oportunidad de compartir un espacio creativo con su compañero David Chamizo Alcántara. Desde entonces su producción aumenta.
Tiene el corazón dividido entre el arte clásico, la luz de Sorolla, los cielos de Turner, los ojos titilantes de Rembrandt, la espontaneidad de los impresionistas… y el arte de los setenta y ochenta. Multidisciplinar, trabaja con óleo, acrílico, lápiz, carboncillo, pastel, acuarela, sanguina, tinta o técnicas mixtas.
Desde 2009 ha participado en diversas exposiciones conjuntas celebradas en su ciudad natal como el Salón de Otoño de Pintores Oliventinos, en el Museo Etnográfico Extremeño González Santana, el Palacio de Arteaga y Liceo de Artesanos, así como en el café La Galería de Badajoz.
DAVID CHAMIZO ALCÁNTARA comienza a dibujar a los 16 años retratos en pequeño formato hasta que descubre nuevos materiales con los que realiza trabajos más elaborados, consiguiendo sus primeros encargos.
Por motivos del trabajo cesa esta actividad hasta principios del 2011 cuando empieza a elaborar nuevos retratos que hacen renacer una responsabilidad más efectiva en esta disciplina
Autodidacta en el oficio, requiere de la influencia de los grandes maestros para poder avanzar y conocer nuevas formas de arte. Comienzan los viajes a Madrid para estudiar de primera mano la pintura del s. XIX y en especial los retratos. Estos viajes marcan un antes y un después en la obra del artista, ya que es aquí cuando empieza a utilizar el color por primera vez y de manera decisiva. Aparecen los paisajes, bodegones, temas de abstracción, etc… En definitiva todo son caminos que le devuelven de forma natural al retrato.