El diccionario de la Real Academia de la Lengua define serón como será más larga que ancha, que sirve regularmente para cargar una caballería. Una será no era más que una espuerta grande sin asas.
La pieza que se exhibe en el Museo, durante el mes de julio, labrada por un espartero, está hecha a base de trenzas de esparto a las que se iba dando forma. Para su elaboración necesitaba unas 20 varas de dicho material. Antes de empezar a componerla, se humedecía para que fuese más flexible. El serón más común era el de nueve vueltas. Se empezaba a confeccionar por el fondo y se terminaba por la boca.
En nuestra localidad, este oficio lo ejerció Juan Rodríguez Jorge, quien tuvo su taller y lonja en la Plaza de Abastos. La materia prima solía comprarla en Campanario, adonde llegaba procedente de Almería.
Hasta la década de los sesenta del siglo XX, el serón jugó un papel importantísimo a la hora de transportar los productos desde las huertas y cortijos cercanos hasta el mercado, siempre a lomos de caballerías. También fue de vital importancia a la hora de retirar el ripio de las obras o acercar el material de construcción. En nuestra localidad, la construcción del embalse de Piedra Aguda, propició un breve resurgimiento de esta actividad. La mecanización y el uso de nuevas fibras sintéticas motivaron su desaparición.