Para los niños, la Navidad está ligada a la posibilidad de conseguir los juguetes que anhelan todo el año. Es muy difícil determinar el origen de éstos, pero se sabe que ya en el año 3000 a. C. existían pequeñas figuras de arcilla, hueso o madera.
Los juguetes han experimentado grandes cambios, desde los puramente artesanales e incluso hechos con materiales de desecho por los propios niños, a los tecnológicos, que buscan siempre imitar el mundo real y despertar la imaginación.
El juguete femenino por excelencia de todas las épocas es la muñeca, cuya historia comienza en los albores de la humanidad. Las primeras de las que se tienen noticias en Europa proceden de los yacimientos romano-cristianos, cuando era costumbre enterrar a los niños junto a sus pertenencias. Éstas eran de marfil y hueso. En los S. XV y XVI se convirtieron en un artículo de regalo para adultos y lucían vestidos con lujosos bordados. Constituían, además, refinado objeto decorativo de lujo para reyes y nobles, siendo su atuendo fiel reflejo de la moda de la época.
La muñeca es un juguete en cuya fabricación se ha utilizado una gran variedad de materiales: porcelana, papel maché, pasta de madera, celuloide, cartón, barro, hule, tela, goma, pasta de cerámica, plástico, etc.
La penuria económica entre los años 30 y 50 del siglo XX hace florecer la industria de las muñecas de cartón. Muchas veces se trata de juguetes de fabricación artesanal que venden los creadores directamente a sus clientes en puestos ambulantes, en las ferias de los pueblos o durante la Navidad.
El Museo ha querido destacar una muñeca de cartón como pieza del mes de enero. Es de principios del s. XX, articulada en brazos y piernas, con los rasgos de la cara y el pelo pintados. El atuendo que luce no es el original, sino de fabricación casera. Fue donada por Ana Rodríguez González natural de San Jorge de Alor.
En la antigüedad, la ausencia de juguetes técnicamente desarrollados, como los que ahora existen, la carencia de otros medios de diversión o entretenimiento e incluso la limitada difusión de las prácticas deportivas, hacían que los juguetes tuviesen una mayor significación en la vida diaria de todos los niños. Aunque la tecnología se ha hecho dueña de este mundo, todavía quedan resquicios para que los niños desarrollen su imaginación.