El guardapolvo es una prenda de vestir a modo de bata o blusón de tela ligera que se usa para preservar la ropa de polvo y manchas. Otros significados de la palabra guardapolvo son: Tejadillo voladizo construido sobre un balcón o una ventana, para desviar el agua de lluvia. Caja o tapa interior que suele haber en los relojes de bolsillo para mayor resguardo de la máquina. Piezas que, a manera de alero corrido, enmarcan el retablo por arriba y por los lados.
Primero se emplearon en los laboratorios; posteriormente, los médicos los adoptaron junto con los procedimientos de asepsia y antisepsia promovidos por Lister, a finales de 1860.
Con el paso de los años, se utilizó en educación con el fin de evitar distinciones entre los alumnos y hacer más asequible la indumentaria de los escolares. Uno de éstos se puede localizar en la sala que el Museo dedica a la Escuela, perteneciente a las antiguas Escuelas Parroquiales del Sagrado Corazón.
Fue una prenda que también se usó por parte de vendedores y artesanos.
El material preferido para tejerlos fue el algodón por su bajo coste. Se caracterizan por su hechura recta, para facilitar los movimientos, y por realizarse en azul o blanco.