El hallazgo de pequeños cascabeles de bronce en yacimientos cartagineses, íberos y celtíberos, y en pueblos ya romanizados, indican ya el uso de estos objetos que posteriormente se expandió por el mundo generalizándose en las culturas de los ganaderos con el fin de ahuyentar los males o espíritus malignos.
Un remanente de esta práctica son los cencerros, utilizados tradicionalmente por los pastores para localizar y vigilar sus rebaños, creando en el campo un paisaje sonoro inconfundible.
El Museo exhibe uno de estos objetos que por su tamaño se puede aplicar al ganado ovino.
Se fabrica partiendo de una chapa de hierro que se martillea en frío en un yunque hasta obtener la pieza con la forma cóncava deseada. Una vez adquirida la forma, se recubre con pequeñas láminas de cobre o estaño, que se envuelven con una mezcla de barro y paja. Posteriormente, se introducen en la fragua para soldar los metales. Transcurrido el tiempo necesario se saca del fuego y se sumerge en agua fría para obtener un enfriamiento rápido. La envoltura de barro quemada se retira, quebrándola. El revestimiento de cobre o estaño se pule. Y por último, se afina el sonido con golpes de martillo en su cara exterior. Si su sonoridad es apagada o queda “muerto” se volverá a fundir. Los pastores comprobaban la afinación de los cencerros antes de comprarlos. Ellos podían distinguir cada uno de sus animales por su sonido.
Los conocimientos técnicos se transmiten de padres a hijos, generación tras generación.
El pasado año la fabricación artesanal portuguesa de cencerros (“chocalhos”) fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Esta manera de fabricarlos fue presentada por Portugal para evitar su extinción, frente a los, cada vez, más utilizados dispositivos electrónicos para la localización de las reses.
Pero, a pesar de vivir en estos tiempos tan avanzados en tecnología, todavía se pueden escuchar estos cencerros cuando se sale al campo, que nos avisan de que cerca podremos encontrar vacas, ovejas, cabras, etc.
El que exponemos fue donado por Manuel García Cecilia en agosto de 2016.