Desde los primeros tiempos de la humanidad, surgió la necesidad de medir, y comparar unas dimensiones con otras. Unas veces por palmos, otras por pies, otras por varas y unidades distintas, como más recientemente el metro. Lo cierto es que siempre se han utilizado unidades de medida y útiles adecuados para efectuar mediciones.
Los trabajos de agrimensura estaban muy relacionados con la agricultura y el reparto de tierras, trabajos en los cuales no era necesaria una precisión, por lo que se utilizaban instrumentos sencillos, de fácil manejo y lectura.
Uno se los medios más antiguos es la cadena de agrimensor como la que expone este mes el Museo. Este instrumento fue inventado por el matemático inglés Edmund Gunther. Consta de una serie de varillas o eslabones de hierro, de tres a cinco mm. de sección, empalmadas por medio de anillas del mismo material. En la actualidad son de unos 10 a 20 metros, naturalmente fraccionados en pequeños trozos de 20 cm. con el objeto de que su transporte y conservación se hagan con mayor facilidad. Además cuenta con una especie de chapas dentadas con una, dos, tres y cuatro puntas o dientes que sirven de guía al que mide. Una chapa circular indica el centro de la cadena.
La cadena se acompaña de un juego de agujas, que debidamente aguzadas se pueden clavar en el suelo, para ir contando las veces que la cadena se ha colocado sobre la alineación, y en la dirección deseada.
Se maneja entre dos personas, una va delante llevando una punta de la cadena, y el juego de 10 agujas, que va clavando una cada vez que el de la parte posterior da la orden. Éste irá recogiendo las agujas clavadas y cuando al de delante se le terminan, es señal de que han medido 10 trozos de cadena.
Se coloca el asa de la cadena tangente exteriormente a una de las agujas e interiormente a la otra, para que no haya error en la medición. Como las mediciones se han de hacer horizontalmente se procurará que la cadena no forme curvas, y si el terreno es inclinado, uno de los agrimensores bajará su mano hasta el suelo, y el otro la levantará hasta formar una línea horizontal, con objeto de que las mediciones respondan lo mejor posible a la realidad.
La cadena de agrimensor siempre se debe plegar cogiendo ambas empuñaduras con la mano izquierda, con la cadena doblada por la mitad. Con la mano derecha se recogen los eslabones de dos en dos disponiéndolos oblicuamente.