El Santo Rosario es un rezo tradicional católico, que conmemora veinte Misterios de la vida de Jesucristo y de la Virgen María . También se denomina “rosario” a la sarta de cuentas que se utiliza para rezarlo.
La palabra “rosario” viene del latín y significa “corona de rosas”, siendo la rosa una de las flores utilizadas para simbolizar a la Virgen María.
Se dice que el Rosario fue instituido por Santo Domingo de Guzmán, el fundador de la Orden de los Dominicos. En una aparición en 1214, la Virgen María, que se presentó mostrándole una bella guirnalda de rosas, le pidió que rezara el rosario “como remedio espiritual contra la herejía y el pecado”.
Es obvio que en tiempos de Santo Domingo no existía el rosario-objeto devocional tal y como lo conocemos hoy. Existía, no obstante, un tipo de “contador” para el rezo múltiple del Padre Nuestro.
Como hoy lo conocemos, surgió en el siglo XV y se hizo muy popular por la predicación del sacerdote Dominico Alano de la Rupe.
En 1521 el Rosario fue simplificado por el dominico Alberto de Castello, quien escogió 15 pasajes evangélicos, los que ahora conocemos como 15 misterios. Juan Pablo II lo revitalizó añadiendo a los 15 misterios ya conocidos, 5 misterios más, referidos a la vida pública de Jesucristo.
El Rosario se compone de 50 cuentas en grupos de diez, conocidos como decenas, con una cuenta más gruesa entre cada decena. Cinco cuentas más forman un colgante que une la cruz a las décadas mediante una medalla. Estas cinco cuentas se utilizan para las oraciones adicionales rezadas antes y/o después de los misterios.
Durante la oración del Santo Rosario se meditan los misterios de nuestra fe. Estos se agrupan en cuatro: gozosos (lunes y sábados), luminosos (jueves), dolorosos (martes y viernes) y gloriosos (miércoles y domingos). Después del anuncio de cada misterio se reza el Padre Nuestro, diez Ave Marías y un Gloria.
Cada una de las siguientes decenas es recitada de la misma manera: anunciando el correspondiente misterio, recitando el Padre Nuestro, diez Ave Marías y un Gloria mientras se medita en el misterio.
Cuando se ha concluido el quinto misterio el Rosario suele terminarse con el rezo del Salve Reina.
El ejemplar elegido como pieza del mes de factura sencilla, cuentas de azabache y cruz probablemente añadida con posterioridad, forma parte de la exposición permanente y se exhibe en el dormitorio la Casa Labriega. Fue conado al Museo en 1991