El antecesor del actual frigorífico era un armario de madera, aislado, en el que había un compartimento superior, donde se colocaba la nieve, de ahí el nombre de nevera; en la parte inferior se introducían los alimentos.
Antiguamente la nieve se conseguía de pozos construidos para tal fin. En nuestra localidad se ubicaba en la Coutada do Ventoso, próxima a Ramapallas. De él dice González Rodríguez en su artículo de Ferias y Fiestas de Olivenza, del año 1996, que por sus propiedades y estructuras es una obra única en su especie. Edificado entre 1845 y 1855, presenta muros de más de un metro de espesor, cúpula de 5´50 metros de diámetro y altura de unos 10 metros. En ellos se almacenaba el producto en capas de 40-50 cms de grosor, separadas entre sí mediante paja.
La nevera o frigorífico, tal y como la conocemos hoy día, tiene sus orígenes con Jacob Perkins, quien patentó la máquina de comprensión de vapor en 1834. No obstante, los primeros frigoríficos domésticos aparecieron, en 1911, en Fort Wayne, Indiana, de la mano de General Electric Company, aunque su producción en masa no empezó hasta después de la 2ª Guerra Mundial.
La pieza que exhibe el Museo presenta puerta frontal, por donde se introducían los alimentos, y otra superior, donde existía una bandeja para depositar la nieve.