Desde el mundo romano hasta el siglo XIII el bolso más usado, tanto por hombres como por mujeres, fue el de tipo monedero, que se cerraba con un cordón.
En el siglo XVI las mujeres ocultaban sus objetos en los pliegues de la falda, en las mangas o bajo los volantes. Los pequeños bolsos se llevaban prendidos de la cintura. A finales del siglo XVII se impuso la moda Impero, más ajustada al cuerpo. Al no poderse llevar prendido al cuerpo, el bolso se independizó del traje, naciendo de este modo el bolso de mano.
Los materiales utilizados han sido muy variados: metal, cuero, seda, lana, palmito, paja de centeno, carey, pasta vítrea, oro, plata, tafetán, raso, terciopelo y un largo etcétera. Respecto a la forma, digamos que donde más se ha innovado ha sido en los bolsos de fiesta, tejiéndose de todas las formas posibles e imaginables. La decoración ha sido geométrica, vegetal, con escenas…etc.
El bolso que exponemos como pieza del mes data aproximadamente de los años veinte. Presenta forma semiovalada, con interior tejido de hilo negro; en su exterior, pedrería blanca y negra cosida; se reconoce doble asa de cordón negro y borlón inferior recubierto de pedrería con aro de tela.