Maqueta de molino harinero hidráulico, Pieza del Mes de julio 2022
- administrador
- julio 4, 2022
Muchos son los molinos harineros hidráulicos construidos en ambas márgenes del río Guadiana y en arroyos. Buena parte de ellos, símbolos de un modo de vida y de una arquitectura popular, han desaparecido anegados por las aguas de la presa de Alqueva.
Con esta maqueta se rescata la estructura externa e interna de un molino de rueda horizontal o de rodezno que, en este caso cuenta con dos ruedas.
Su fachada exterior, la que soporta el empuje del agua, presenta un muro grueso, sin ventanas, además de tajamares para aguantar la fuerza de la corriente; la opuesta, de menor grosor, muestra ventanas cuadradas y un contrafuerte. En un lateral, puerta de entrada, y frente a ella, ventana rectangular.
En su interior se aprecia una parte inferior, donde se aloja la maquinaria principal, el canal cerrado y el cárcavo; el primero de ellos comunica la balsa con el cárcavo, entrando el agua por unas compuertas, en el caso de esta maqueta son tres, llamadas paraderas, que se regulan a gusto del molinero. En el cárcavo se halla el rodezno, una rueda horizontal compuesta por especie de radios curvos de madera, que gira por el paso del agua, transmitiendo a través de un eje el movimiento a la piedra volandera ubicada sobre otra fija, llamada solera que se apoya sobre el alfarje o poyo. En el centro del molino se distingue un aliviadero que permitía el paso del agua cuando no se molía; también se empleaba para capturar peces con garlitos o cestos de mimbre.
De la maquinaria que se visualiza en esta maqueta, mencionemos además del rodezno o rodete, el aliviador, mecanismo que permitía subir o bajar el rodezno, el árbol y piedra volandera para que la harina pudiera salir más o menos fina; las piedras o muelas, de mármol o granito. Sobre ellas se reconoce la tolva, caja troncocónica invertida en la que se depositaba el grano, apoyada en la canaleja, que vertía el grano en la piedra. Este caía sobre el centro de ella y, a medida que gira, lo muele. En la parte superior de la tolva se sitúa un balancín, artilugio que servía al molinero para saber el grano que quedaba en la tolva y así impedir que las piedras giraran en seco[1].
Por último, se presentan, en una caja rectangular, simulando una cuartilla, una piqueta, para tallar las estrías de la piedra, un cuartillo, medida que empleaba el molinero para cobrar la maquila o cantidad de harina que se pagaba en concepto de molienda, y una pequeña escoba.
Esta pieza fue donada por su autor, José Antonio Torrado González, en junio de 2021. En la actualidad se encuentra expuesta en el pasillo de la planta baja, frente a la sala dedicada a Almazara.
[1] TORRADO GONZÁLEZ, J.A.: Los molinos harineros del Guadiana fronterizo. Badajoz, 2002.