Pieza del Mes octubre 2021, proyector de cuerpos opacos
- administrador
- octubre 1, 2021
La escuela desde su origen como institución ha sido un escenario de construcción de sentidos y significados, por eso una de sus preocupaciones es que los alumnos sepan comprender e interpretar los temas y mensajes transmitidos por su maestro.
Según algunos psicólogos, como Piaget, el uso didáctico de un material incide positivamente en el proceso de enseñanza y aprendizaje, de ahí la gran importancia de la imagen.
Frente a los mensajes emitidos verbalmente, el uso apropiado de la imagen produce en los estudiantes una mayor facilidad de recuerdo. Pedagógicamente hablando, favorece este aprendizaje de una manera más agradable.
Este mes, el Museo muestra un proyector de cuerpos opacos, de latón y forma casi cúbica. Curiosa pieza, también llamada episcopio, destinada a proyectar láminas opacas sobre una superficie externa, es decir, permite proyectar sin ninguna preparación previa, documentos originales, páginas de libros, postales, dibujos, etc. Estos se colocan en una placa de madera ubicada en la parte trasera. Utilizaba el reflejo de la luz de dos bombillas internas sobre el objeto opaco, que, a su vez, es dirigida hacia una lente de proyección, cuyo enfoque se puede ajustar para cambiar el tamaño de la imagen.
En la frontal, figura una placa metálica que indica el fabricante o distribuidor: “Sucesores de Hernando”.
Los primeros proyectores de opacos fueron comercializados por empresarios alemanes en la segunda mitad del s. XIX.
En España, la Editorial o Casa Hernando, pionera en la edición de textos escolares, fue fundada por Victoriano Hernando Palacios, en 1828, en Madrid. Aunque su catálogo abarcaba varios géneros, se centraba fundamentalmente en libros para la educación y la enseñanza.
La empresa sufrió algunas transformaciones que afectaron a su nombre. Así el primero fue “Imprenta de Victoriano Hernando” (1828-1863); más tarde, entre 1863 y 1883, “Gregorio Hernando”, sobrino y heredero del fundador, y que formó sociedad con varios familiares; a su muerte (1883) pasó a denominarse “Viuda de Gregorio Hernando y Cía.”; en 1896 fue rebautizada como “Hernando y Cía.”; en 1902 se llamó “Perlado, Páez y Cía., sucesores de Hernando”, hasta que, en 1924, se convirtió en “Librería y Casa Editorial Hernando, S.A., hasta 1985.
La pieza fue donada en 1996 por el profesor Francisco Carrasco Rol, natural de Madroñera (Cáceres).