Desde la más remota antigüedad, medir y comunicar el resultado a los demás, ha sido una necesidad vital para el hombre. Indicar la distancia a la que estaba un animal herido para cazarlo y alimentarse, o dónde se podía coger un panal, eran informaciones vitales para la subsistencia. Importante fue también establecer los límites de un territorio cuando se hicieron sedentarios.
Como característica común, todos los sistemas de medida derivaron, o bien de las dimensiones del cuerpo, pie, codo, mano…, o bien de acciones que podía realizar el hombre, distancia que podía andar en un día, o los animales, el peso que podía cargar una caballería o la superficie que podía arar un animal en una jornada.
De las dimensiones del cuerpo humano o de las distancias recorridas en un período de tiempo derivan los sistemas de longitud.
