Las Benditeras son recipientes que contienen agua bendita. Se trata de pequeñas cavidades insertadas en un elemento ornamental de formas variadas, que se colocaban en la pared del dormitorio para persignarse antes de dormir. Podía también estar en otra estancia de la casa, como la entrada para hacer este gesto antes de salir. Su origen posible es la pila de agua bendita que se encuentra en la entrada de las Iglesias, pero de mayor tamaño.
El agua bendita que contenían las benditeras era considerada un elemento purificador por su capacidad de limpieza. Para la Iglesia Cristo se identificaba con el agua viva, manifestándose el significado purificador presente en el simbolismo del Bautismo y, como extensión, en el acto de hacer la señal de la cruz sobre el rostro con agua bendita.
El significado de la limpieza con agua venia de la concepción de que las iglesias son lugares sagrados separados del ámbito profano para guardar la Divinidad. Antes de penetrar en este mundo, el hombre debe someterse a una limpieza: el bautizo. Cada vez que entra en una iglesia, está invitado a renovar la purificación con el agua de la benditera. En el simbolismo tradicional cada pila ritual representa el océano primordial, las aguas del Génesis.
El origen de estas pilas con agua bendita se sitúa en el siglo XV. Se extendieron hasta el siglo XX, manteniéndose su fabricación en la actualidad. Su tipología, materiales y centros de producción son muy diversos. Las pilas de agua bendita se dividen en tres categorías: fijas, transportables y privadas. Eran como pequeños altares portátiles.
El material más habitual es la cerámica, pero también las podemos encontrar en porcelanas, loza, terracota, metales diversos, madera, estuco, piedra, cristal, opalina…etc. Normalmente se hacían con moldes. Ejemplos de centros donde realizan benditeras artísticas en España los tenemos en Talavera de la Reina, Manises, Úbeda, Sevilla (Triana)…etc.
La benditera que exponemos es de cerámica hecha con molde, policromada, pintada a pincel y esmaltada. Su decoración está moldeada en relieve y sobrepintada la imagen de San Antonio de Padua con sus atributos: rama de azucenas y niño Jesús sobre un pedestal amarillo. El niño Jesús en sus brazos alude a la aparición que tuvo en su cuarto, y la rama de azucenas a la pureza. La imagen de San Antonio en las benditeras es la más común, por tratarse de un santo de especial devoción entre los alfareros. Según la tradición, impidió que un vaso arrojado al suelo se rompiera.