Un curioso bidé portátil, Pieza del Mes de agosto 2022

El inodoro íntimo o la rosa de Louis Léopold Boilly (1761-1845)

La palabra bidé proviene del francés bidet, un tipo de caballo pequeño parecido a un poni, hoy extinguido, que usaban las damas y los niños de la nobleza en sus paseos.

Evidentemente, hace referencia a la manera en la que hay que colocarse para usarlo eficazmente, es decir, a horcajadas, como si se estuviese sobre un caballo.

Según el escritor Néstor Luján, fue mencionado, por primera vez, en 1710, en Francia, cuando Madame de Prie recibió en audiencia al Marqués de Argenson sentada en su bidé. Aparte de esta primera mención escrita, se cree que su uso es bastante más antiguo y que sus orígenes se sitúan en la Edad Media.

Obviamente, su principal función es la higiene íntima, como complemento al baño, pero más allá de ello, el bidé tenía la función de método anticonceptivo, de eficacia dudosa. Este podría haber sido su uso original, es decir, las prostitutas usaban recipientes parecidos para limpiarse después de tener relaciones sexuales, creyendo evitar embarazos y enfermedades venéreas.

Durante el s. XVIII, el bidé se popularizó entre las nobles europeas. Para las mujeres que tenían una relación extramatrimonial era un modo de limitar el riesgo de quedar embarazadas de sus amantes, al mismo tiempo que, su uso, podía evitar contagios a causa de las aventuras de sus maridos.

El uso anticonceptivo no era ningún secreto, prueba de ello es que la reina de Nápoles, Mª Carolina de Habsburgo-Lorena, quiso instalar uno en palacio y le hicieron notar que podía darle mala fama, ya que se trataba de un “instrumento de meretriz”, advertencia que ignoró.

Otro uso que también tuvo el bidé fue aliviar el escozor en las posaderas y los muslos después de cabalgar mucho tiempo.

Antes de la entrada del agua corriente en las casas, y su consiguiente fijación al suelo, se usaba el bidé portátil, colocado sobre un armazón de metal, como el que mostramos este mes, y que solía ubicarse en el dormitorio.

Posteriormente, se convirtió en un elemento del cuarto de baño y, actualmente, en muchas casas ya no tiene cabida, debido a la reducción de espacio y a los cambios en los hábitos de higiene.

El ejemplar que mostramos fue donado por D. Francisco González Santana.

Horario de invierno

(1 de octubre-30 de abril):

Martes a viernes de 10:30 a 14:00 h. y de 16:00 a 19:00 h.

Sábados: de 10:00 a 14:15 y de 16:00 a 19:00 h.

Domingos: de 10:00 a 14:15 h.

Lunes: Cerrado

Horario de verano

(1 de mayo-30 de septiembre):

Martes a viernes de 10:30 a 14:00 h. y de 17:00 a 20:00 h.

Sábados: de 10:00 a 14:15 y de 17:00 a 20:00 h.

Domingos: de 10:00 a 14:15 h.

Lunes: Cerrado

Ubicación del museo

Plaza de Santa María, s/n. Apdo. de Correos 67 06100 Olivenza (Badajoz. España)